martes, 10 de abril de 2018

Muerte térmica...


De este yermo valle

qué nos queda, sino la huella renegrida

del paso que discorde se hace soslayo

entre nubes premonitorias.



No habrá de nuevo días

en los que el sol

                             - renegando de sí -

vomite su esplendor a bocanadas

inundando el instante,

acaso se nos quiebren las lunas de este universo,

o simplemente mueran de oscuridad.



Quizá se extinga nuestra galaxia

atraída por nuevos horizontes gravitatorios,

otras bocas, ahora sedientas,

y nunca más las lágrimas ausentes

tiriten de frío al recordar nuestros nombres.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Porque todo se hace efímero...

Besos.

Y.G